Cierre del ciclo de las obras de Sodoma. Esta obra es un homenaje al libro el corazón condenado de Clive Barker (escritor director de cine y artista visual) y al concepto de los hierofantes seres ambiguos, ángeles para unos demonios para otros que representan la esencia del sadomasoquismo, donde el placer va más allá del placer normalizado, y el dolor puede ser placer.
“…emplazados a abandonar sus experimentos en los más altos limites del placer y trasladar sus cabezas sin edad a un mundo de lluvias y fracasos…”
La pieza está concebida por fragmentos estáticos del tiempo, repeticiones, imágenes poéticas y danza. Es una introspección al estigma por el que están atravesados nuestros propios cuerpos y como desligarse de esto valiéndonos de un personaje performer que ocupa nuestros cuerpos como un ser desinhibido.
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